BIENVENIDO

Después de un largo camino, siempre es agradable conversar... aunque hay veces que el silencio es más sugerente.

martes, 30 de abril de 2013

Nos gusta Barcelona I - Ramblas, Raval, Barrio Gótico.

Siempre que me han preguntado por mis ciudades favoritas, he tenido muy claro que una de las candidatas era Barcelona. Me gusta. 

Desde la primera vez que pude pasear por sus calles y descubrí, su espíritu abierto y vanguardista, su fácil combinación entre lo tradicional y lo alternativo. 

Por ser una ciudad cosmopolita, atrevida, sin complejos.

 Por su marcado carácter mediterráneo. Por eso y porque es una ciudad con mil caras que queremos descubrir, aunque sea de puntillas, porque tan sólo han sido tres días los que hemos dedicado a Barcelona, aunque, eso sí, los hemos disfrutado a tope.

20 de abril de 2013.

Llegamos a Barcelona en el Ave, desde Zaragoza. Algo más de hora y media que se nos han pasado en un vuelo. ¿Nuestro alojamiento? Un estupendo apartamento en el Barrio de Gracia, en los que nos hemos sentido como en casa, "Apartements Gràcia" reservado a través de Booking.com.

A las doce de la mañana, ya estábamos en marcha y para el primer día, hemos elegido un recorrido tradicional, que nos llevaría por varios de los puntos más emblemáticos de la ciudad condal.

Bajamos en la estación de metro de Catalunya, dirección Ramblas. En otras ocasiones habíamos comenzado la visita tomándonos algo en el legendario café "Zurich", hoy tan solo nos acercamos para ver cómo ha quedado después de su  remodelación en 1997 y como sospechábamos, ha perdido parte de su encanto, pero ahí está con su terraza a tope, como el resto de la zona. 



Es sábado por la mañana y las Ramblas están animadísimas, llenas de gente que viene y va, lo que tampoco es decir nada nuevo.



Cada tramo, una rambla diferente. La Rambla de Canaletas y su fuente será objetivo fotográfico también para mis hijas, sobre todo cuando les comento que los forofos del Barça celebran sus triunfos aquí.

Seguimos bajando por la Rambla dels Studis, la Rambla dels flors y de Sant Josep, curioseando por los puestos de recuerdos. Siempre igual, turistas en masa, y las consabidas advertencias de "cuidado con los bolsos", pero ¿cómo no comenzar una visita a Barcelona sin un paseo por sus Ramblas?



Eso sí, por mucho agobio de gente que uno se encuentre siempre que pasea por las Ramblas de Barcelona, conviene caminar con los ojos bien abiertos, mirando a derecha y a izquierda, porque también las Ramblas son una explosión de vida que circula incesante, por aquí y por allá. Conviene no perdérselo.


 En cada rincón  podemos encontrarnos una sorpresa. Menos mal que a la cámara de nuestro fotógrafo no se le escapan los detalles.




Cuando llegamos a la altura adecuada, seguimos el itinerario (que yo he elaborado previamente) y nos desviamos hacia el Mercado de la Boquería, porque nos gusta tomar el pulso a los diferentes espacios de la ciudad, y este Mercado es todo un espectáculo vivo y espontáneo.


 

  
Nos permite además conocer, los mejores productos en una exposición tan cuidada, que casi resulta artística. 


Para nosotros los mercados, son un imprescindible en casi todos los viajes (otro son las estaciones, pero de momento en Barcelona, no toca).

Será porque va siendo la hora de comer, pero una de nuestras niñas con tantos olores y sabores, se marea un poco, lo que nos hace salir apresuradamente y buscar un lugar para comer nosotros también, aunque sentados y no improvisar una comida ambulante con alguno de los productos preparados que también abundan en el mercado, como era nuestra primera intención.

Así es que nos vamos a comer a la cercana Plaza de San Agustín, en pleno Barrio de Raval. Este Barrio es un nuevo escaparate, esta vez humano. Muchos muchos inmigrantes, le dan un aire muy especial. Los comercios exhiben en sus escaparates un producto destinado a un público diferente, pero este aire exótico se conjuga con puntos de interés intrínsecamente de aquí. Una curiosa mezcla, en un barrio del que se dice que intenta renovarse cada día, aunque también tiene un cierto aire de abandono.

Los puntos de interés pasarían por haber visitado el M.A.C.B.A., el Museo de Arte contemporáneo, pero no nos da tiempo. Así es que directamente, tras la comida, nos acercamos al Hospital de Santa Creu, hoy sede de la Biblioteca Nacional. 



Visitamos sólo la parte interior abierta al público, ya que la Biblioteca se hallaba cerrada. 
Como dato curioso decir que fue aquí, en su época de Hospital, donde murió Gaudí. 

Nos hubiera gustado verlo en pleno rendimiento y visitar alguna de sus exposiciones permanentes, pero por el horario de apertura, no ha podido ser.



De aquí, seguimos paseando por el Raval, un barrio a descubrir que nos va a dejar múltiples imágenes.





Llegamos a la Rambla del Raval, con algunos puestos de mercadillo en los que no nos detenemos demasiado, ya que venimos buscando la peculiar escultura del gato, de Fernando Botero. 



Sabía que a mis hijas iba a hacerles mucha gracia y efectivamente les encantó. La búsqueda del minino nos ha servido para seguir adentrándonos por el  Raval, en un horario poco comprometido.

Ya que estamos, nos acercamos a conocer la iglesia más antigua de Cataluña, que también está por aquí, la Iglesia de Santa Pau del Camp, del siglo IX, románica con algún detalle también visigótico. 








Parece preciosa y esta vez si que nos resulta frustrante no haberla podido visitar también por dentro. Esta iglesia, no muy conocida para nosotros, la verdad, ha resultado una auténtica sorpresa.

Por la Calle Nou de la Rambla, nos divierte el "picante" cartel del Bagdad, que fotografiamos...



...antes de seguir calle abajo a la búsqueda de nuestro último punto marcado en el itinerario del Raval, porque el penúltimo, el Bar "London" frecuentado por Miró y Picasso,  que también está cerrado. 


 Así es que directamente vamos al Palau Güell, una de las primeras obras de Antonio Gaudí, actualmente en restauración.





Con el Raval paseado, volvemos a salir a las Ramblas, subiendo hasta el tramo en que se encuentra el "Liceu", aunque nos quedamos poco en el correspondiente tramo de Ramblas que nos toca, el de "els capuchins", lo justo para sacar la fotografía del dragón art decó de la "casa de los paraguas". Lástima, se nos olvidó buscar el Mosaico de Miró, que también está por aquí.


Por la tarde, nuestra intención es recorrer el afamado Barrio Gótico. Es hora de comenzar y lo hacemos visitando Santa María del Pí. 

Gótico catalán, con su flamante rosetón, el más grande de Barcelona.

Esta zona, tiene importantes edificios, pero sobre todo lo que tiene son plazas, muchas plazas. De momento encontramos las primeras: la plaza del Pi y la de Josep Oriol, ambas animadísimas. 


Es tarde de mercados y de bodas. La temperatura "ni frío ni calor" hace que todo el mundo se haya echado a la calle literalmente. 


Los turistas, como nosotros, llenamos todos los lugares aquí y allí. ¿Qué tendrá Barcelona?

Nos llama la atención un elegante un bello edificio, un elegante café, las tiendas de moda...


En el carrer de la Palla, nos encontramos con un comercio de celestial nombre en el que puedes encontrar dulces de todos los conventos de toda España, pero del que salimos como hemos entrado, cuando descubrimos que los precios también están en el cielo o cuando menos "por las nubes"

Seguimos curioseando en nuestro paseo por el Barrio Gótico, dejándonos llevar por la intuición.


Pronto nos encontramos también con la Catedral de Santa Eulalia, con su escalinata llena también de gente, descansando, conversando, u oyendo música. 


Siempre hay gente tocando. Hoy les toca el turno a dos guitarristas que lo hacen como los ángeles. Entramos, aunque no podemos visitar demasiado el interior porque están celebrando misa. Vaya, en Santa María del Pi no hemos podido entrar porque había boda, aquí tampoco...




Seguimos callejeando por el Barrio Gótico, tan hermoso, con todos sus edificios importantes en los que no nos detenemos: el Palacio episcopal, la Casa Pía Almoina, L'Ardiaca...  




Más placitas con encanto, la de "San Lui" en la que también hay un concierto, esta vez con un toque oriental.


O como la elegante Plaza del Rei, sentándonos en sus escalinatas a descansar.



Hemos encontrado alguna actuación que nos ha hecho detenernos un rato. Como la de una curiosa marioneta, un esqueleto tocando un piano, que nos ha parecido muy gracioso, o la de una soprano cantando bellísimas arias con una espectacular voz pero, sobre todo, con una prodigiosa sensibilidad que nos emociona.


Pasamos por el Palau de la Generalitat y por el Ajuntament y, todavía nos metemos por el carrer del Bisbe para contemplar algunos de los rincones más fotografiados del Barrio Gótico. 
Nosotros no podíamos ser menos.

Entramos a la catedral por el claustro, recorriendo su patio interior, pero seguimos sin tener acceso a la catedral propiamente, así es que desistimos de la visita en el día de hoy.



Los conceptos de tiempo y lugar cuando se viaja, sufren ligeras variaciones y comenzamos a sentirnos algo cansados de llevar todo el día trotando por ahí, aunque todavía no es muy tarde.

Salimos a la Plaza Real, lo justito para verla, magnífica en su estructura cuadrada, acercándonos a los tenderetes artesanales, donde hay muchas cosas interesantes hechas con material reciclado y otras propuestas imaginativas que nos gustan.




Cuando los demás me suplican que nos vayamos a descansar, casi casi me convencen, pero les pido que, simplemente, terminemos el recorrido por las Ramblas. Así lo hacemos. Nos faltaba la Rambla de Santa Mónica y llegar a la estatua de Colón, con ello el recorrido está cumplido.

 





Se acabó por hoy. Un Cristóbal Colón bajado de la columna, nos guiña un ojo sonriente.



Nos gusta Barcelona y seguiremos paseando por una ciudad que sólo hemos empezado a conocer...

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...