Parque natural de las Bardenas Reales. Las Bardenas Blancas.
Ese día llegó uno de estos últimos fines de semana. Vamos a visitarlo.
Las llamadas "mesas" son estratos de materiales de diferente dureza y permeabilidad.Si el estrato superior es más blando, se erosiona antes que el inferior, creando formas tan características como el cabezo de Castildetierra.
Las Bardenas son un tierras inhóspitas, apenas habitadas por el hombre a lo largo de la historia.
Fue territorio que sirvió de frontera entre el reino de navarra y los árabes al comienzo de la Reconquista. Son "Reales" porque eran propiedad del Rey, que concedió algún "privilegio" a estos valles, como la posibilidad de ser utilizados para el pastoreo.
Precisamente una de las pocas esculturas (¿la única?) que hay en el parque, está dedicada al pastor bardenero, obra de Antonio Loperena, natural de Arguedas que, además de pintor y escultor, fue ganadero y pastor en las Bardenas.
Declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, en el año 2000, son un espacio natural realmente complejo. Hay que remarcar que sólo visitamos la parte "blanca" y que en su vasto espacio hay diferentes hábitats, algunos más poblados y húmedos. Barrancos, cabezos y cortados forman parte del paisaje bardenero, marco de alguna escena de películas como "Airbag", que yo conozca, aunque también otras que no como "Orgullo y pasión" o "El mundo nunca es suficiente".
No es lugar muy turístico. Una pequeña oficina de información en la que te informan de los recorridos que pueden hacerse y te dan un pequeño plano y ningún servicio más. Puede visitarse a pie, en bicicleta, coche (con limitaciones) o a caballo. Único requisito imprescindible sería proveerse de agua y protección para la cabeza. Aunque sopla algo de viento, las temperaturas aquí, al menos de día, son elevadas.
Seguimos investigando por la zona y nos llama la atención unas curiosas escaleras, que aparecen integradas en el paisaje. Así es que nos acercamos hasta ellas.
Por supuesto, la siguiente imagen nos recogería a nosotros subiendo, con todos los apuros del mundo, las susodichas escaleras.
Son seguras, tan sólo algún escalón queda desplazado, pero si a alguien le apetece, se puede subir hasta arriba y disfrutar de hermosas vistas.
Como hemos llegado hasta arriba un poco agotados, descansamos, bebemos agua, saludamos a otros locos que, como nosotros, han subido hasta aquí y ¡hala, a bajar toca!
En las Bárdenas hay un polígono de tiro del ejército del aire. Teniendo en cuenta que por aquí no hay ni aldeas ni caseríos, es un entorno idóneo. Pasamos al lado, observando sus instalaciones, aunque no nos atrevemos a fotografiarlas. De lo que sí sacamos foto fue de algunos restos de vallas que, suponemos, tendrán que ver con la actividad pastoril en la zona.
Los visitantes del parque natural, pueden seguir senderos señalizados. Muchos lugares por los que pasamos tienen su nombre: Cueva Marín, Barranco de las cortinas, Cabezo de las cortinillas... Son muchos los turistas que han llegado hasta aquí, atraídos como por un imán. Sin importar ni el calor ni el cierzo, que también nos acompaña ahora.
Queremos ver este lugar, tan extraño como atractivo, con nuestra propia mirada.
Las Bárdenas Reales, con su paisaje estepario, esculpido a lo largo de los años, nos hará pensar que estamos en el desierto africano, más que en el norte peninsular. Pero no, estamos en Navarra, tan sólo a 70 kilómetros del Pirineo, al lado de Tudela.
Un mundo de apariencia lunar.
¿Por qué no llegar hasta aquí?