18 de julio 2013
No estamos
madrugando demasiado en estos últimos días y es que el cansancio va dejando su
huella en nosotros, así es que no demasiado temprano, dejamos Matala, donde
hemos pasado la noche, para dirigirnos a FAISTÓS o FESTOS, considerada la
segunda ciudad minoica más importante después de CNOSSOS.
Su visita ha sido uno
de los motivos por los que decidimos tomar MATALA como base de operaciones para
visitar el Sur, con lo cual, a pesar de que a mis hijas esto de las ruinas,
como dicen ellas, no les motiva demasiado y están un poco de morros con nuestra propuesta, nos dirigimos hacia allí y en un
escaso cuarto de hora estamos en la puerta de entrada.
Lo primero que hay que decir
es que no hay demasiada gente. En cualquier caso, nada que ver con Cnossos,
que es el yacimiento más visitado con diferencia.
Su descubrimiento se debe al arqueólogo italiano Halbherr, nacido en Rovereto en 1857. Al contrario que en la polémica reconstrucción de Knossos por Evans, Festos conserva por completo su autenticidad, lo que para muchos le da un mayor valor arquitectónico.
Su descubrimiento se debe al arqueólogo italiano Halbherr, nacido en Rovereto en 1857. Al contrario que en la polémica reconstrucción de Knossos por Evans, Festos conserva por completo su autenticidad, lo que para muchos le da un mayor valor arquitectónico.
Festos tiene un aire mucho más tranquilo y un bonito emplazamiento, sobre la llanura de Mesara.
Su gobernador
fue Radamantis, hermano del famoso Rey Minos, con lo que podemos decir que
ambos lugares: Knossos y Festos, tienen la misma antigüedad. Aproximadamente
construido en 1900 antes de Cristo, fue destruido en 1700 y reemplazado por un
palacio nuevo que se erigió sobre los cimientos del anterior, con lo que
podemos ver restos tanto de uno como de otro palacio.
El pequeño folleto que
dan a la entrada no ayuda mucho. Hay algún cartel que te va indicando lo que
vas viendo, más o menos, pero hay que echarle buena voluntad, teniendo también en cuenta también que estamos viendo dos palacios de dos diferentes épocas y todas sus dependencias, superpuestos.
La zona mejor conservada corresponde al llamado "palacio nuevo". Destacan las gradas del Teatro, en las que el público acudía a ver espectáculos de tauromaquia o ceremonias religiosas.
Identificamos también el llamado Santuario tripartito.
Hay un gran patio central con privilegiadas vistas a las montañas de Psiloreitis.
Lo que es concretamente la zona del palacio está vallado, porque continúan los trabajos de excavaciones en él.
Tendremos oportunidad de verlo más adelante, concretamente en el Museo arqueológico de Heraklion, la capital de Creta, que es donde se encuentra el original, o eso dicen.
Continuamos nuestra visita ya sin rumbo fijo, disfrutando del privilegio de estar aquí así como del entorno en el que nos encontramos.
No elegían
nada mal estos antiguos sus lugares para vivir. Hermosas perspectivas les
acompañaban en su vida diaria.
Aquí en este mapa vemos la ubicación del yacimiento que vamos a abandonar: Phaistos (Festos/Faistos) y el que visitamos a continuación.
GORTYS o GORTINA tiene otras peculiaridades. Lo más destacable fue que durante 250 años fue la capital de CRETA. Ello sucedía en la época de los romanos, siglo III antes de Cristo. Nos encontraremos ante una interesante mezcla de estilos, pero eso no es lo más llamativo.
La visita resulta peculiar, porque sólo una parte se encuentra controlada, propiamente.
Así es que al entrar el recinto y encontrarnos los restos del Odeón semicircular y de la basílica de Agios Titos que no podemos visitar porque están restaurándola, nos sentimos algo decepcionados. ¿Ya no hay nada más?
Nos acercamos para ver más de cerca las columnas que rodean el Odeón, que data del s. I de nuestra era y que era utilizado como teatro cubierto.
Al menos, encontramos también lo que es más curioso de ver: el más antiguo Código Penal de Europa, protegido por una verja y que contiene regulaciones sobre los más diversos temas, como divorcio, derechos de herencia o propiedad. Está escrito en alfabeto dórico y data de 500 antes de Cristo.
GORTYS tuvo doscientos cincuenta años de esplendor, antes de ser destruida por los turcos y posteriormente abandonada.
Uno puede encontrarse restos de todo tipo, pero lo curioso es donde puedes encontrarlos. En realidad, mirando el plano, resulta que la mayoría de los lugares indicados no están incluidos en el precio de la entrada y hay que marcharse literalmente a la carretera para encontrarlos.
Así lo hacemos y
vamos viendo columnas tiradas de cualquier manera y restos por aquí y por allá,
que todavía están sin un destino adecuado.
Metiéndonos por los campos, al lado de la carretera, encontramos valladas las ruinas que pertenecieron al pretorio.
Llegamos a la conclusión de que tienen más dentro que fuera.
Metiéndonos por los campos, al lado de la carretera, encontramos valladas las ruinas que pertenecieron al pretorio.
Llegamos a la conclusión de que tienen más dentro que fuera.
Ruinas del templo de los dioses egipcios, del templo de Apolo (en el que están trabajando), al menos hay unos pequeños carteles para que te puedas hacer una idea.
Resulta curioso ver a turistas (no muchos, la mayoría se limita a hacer la visita de lo que está propiamente en el recinto) deambulando por la carretera y cruzando de un lado a otro en busca de restos de las diferentes civilizaciones que poblaron Gortys que, sin duda, tuvo una importancia capital en la isla de Creta.
Vamos a uno de los tres restaurantes que están uno al lado del otro. Todos tienen una señora indicándonos que entremos y así lo hacemos, lamentando no haber elegido cualquiera de los dos en los que no hemos entrado, ya que en el que sí lo hemos hecho, había otra familia en el interior.
Supongo que
empezamos a tener una visión de una Creta profunda alejada del turismo de
masas. Se ve un panorama humilde y sabiendo la situación de los griegos, creo que la vida no debe de ser excesivamente fácil por aquí.
Comemos bastante bien, y además nos regalan un plato de fruta, el agua y cuatro pastelitos. He dicho bastante bien, porque no había excesiva variedad y mi estofado resulta ser unos trozos de carne bañados en aceite que termino compartiendo con los gatos de los alrededores, los cuales aceptan gustosos mi invitación.
Por la tarde nos
esperan bastantes kilómetros y, lo único que se me ocurre para hacerlos más
llevaderos es buscar un camino lo más agradable posible.
La Meseta de Lasithi, que tiene un perímetro delimitado con bastante claridad en el mapa y que nos coge de camino, parece ser la mejor posibilidad.
Nos vamos dirigiendo hacia el interior y vemos como, poco a poco, el paisaje se va modificando y haciéndose más montañoso y abierto.
Seguimos un trayecto un tanto errático por carreteras secundarias. Es muy agradable, pues pasamos por pequeños pueblos donde se ve que viven todavía de la agricultura y hay elementos como pequeñas capillas, que nos hablan de un tipo de vida muy tradicional.
También vemos como el turismo se va acrecentando conforme nos vamos acercando a la zona de la meseta, propiamente dicha. Es difícil encontrar lugares “puros” en Creta, como casi en todas partes, explotan todo aquello en lo que ven posibilidades. En este caso, la meseta de Lasithi y sus hermosos molinos, típicos de la zona, están siempre presentes pero al lado de establecimientos hosteleros o cualquier otro reclamo.
Paramos en una zona donde está un Museo del hombre, y hay un mirador, para tomar nosotros también alguna fotografía de la zona. Por aquí también hace bastante fresco lo que, por primera vez en todo el viaje, nos obliga a sacar las cazadoras.
Ya que pasamos por aquí,
nos acercamos también a la llamada Cueva Diktaio, famosa por ser el lugar de
nacimiento nada menos que del dios Zeus. La Meseta de Lasithi, que tiene un perímetro delimitado con bastante claridad en el mapa y que nos coge de camino, parece ser la mejor posibilidad.
Nos vamos dirigiendo hacia el interior y vemos como, poco a poco, el paisaje se va modificando y haciéndose más montañoso y abierto.
Seguimos un trayecto un tanto errático por carreteras secundarias. Es muy agradable, pues pasamos por pequeños pueblos donde se ve que viven todavía de la agricultura y hay elementos como pequeñas capillas, que nos hablan de un tipo de vida muy tradicional.
También vemos como el turismo se va acrecentando conforme nos vamos acercando a la zona de la meseta, propiamente dicha. Es difícil encontrar lugares “puros” en Creta, como casi en todas partes, explotan todo aquello en lo que ven posibilidades. En este caso, la meseta de Lasithi y sus hermosos molinos, típicos de la zona, están siempre presentes pero al lado de establecimientos hosteleros o cualquier otro reclamo.
Paramos en una zona donde está un Museo del hombre, y hay un mirador, para tomar nosotros también alguna fotografía de la zona. Por aquí también hace bastante fresco lo que, por primera vez en todo el viaje, nos obliga a sacar las cazadoras.
Dicen mis guías que es un sitio turístico a tope y que el sendero por el que se accede a las cuevas puede hacerse en burro. No tendremos ocasión de comprobarlo ya que, una vez que llegamos hasta el acceso a la cueva, nos encontramos con que el horario de tarde finaliza a las diecisiete horas.
Pues nada, nos quedamos sin entrar a ver el lugar en el que Rea escondió a Zeus para librarlo de las iras de Cronos, una gran cueva de estalactitas y estalagmitas que posiblemente y, sobre todo, a mis hijas, les hubiera gustado visitar.
Seguimos viaje y nos esperan unas cuantas curvas que se nos hacen bastante interminables, aunque seguimos disfrutando de las bellas vistas que nos proporciona la meseta de Lasithi.
Nos dirigimos hacia el noreste de la isla, nuestro destino es AGIOS NIKOLAOS la ciudad más importante del este de Creta y capital del distrito de Lasithi.
Llegamos bastante perjudicados y nos cuesta un poco dar con el apartamento, que hemos reservado para dos noches. Cuando lo conseguimos, vemos que estamos en una zona residencial, algo alejada del centro. Afortunadamente es bastante confortable y su dueña muy hospitalaria y simpática.
"Manus Apartments" - Fotos tomadas al día siguiente:
Estamos tan cansados que nos da una pereza terrible ir hasta el pueblo y decidimos simplemente descansar y dejar la visita para el día siguiente.
Nuestra hija pequeña está además malita y se queja de dolor de tripa desde hace un par de días, así es que razón de más para hacer una pausa en nuestro recorrido que casi está llegando a su final.