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Después de un largo camino, siempre es agradable conversar... aunque hay veces que el silencio es más sugerente.

jueves, 19 de agosto de 2010

Viaje a Sicilia - Agrigento


Segundo día: Agrigento

Salimos por la mañana en nuestro flamante Chevrolet dirección Agrigento. Menos de dos horitas. Serán 125 Km desde Palermo, atravesando un paisaje de tonalidades amarillentas que recorremos escuchando "Radio Margherita", música sólo en italiano. Canciones románticas dónde abunda el "ti amo", que hacen nuestro viaje relajado y plácido. Pero ¡estamos conduciendo en Sicilia! ¿Es tan temeraria, según todo el mundo dice? A nosotros nos pareció que no, La conducción en Sicilia, no es tan terrible. Porque los sicilianos. como la música que escuchamos, no son nada agresivos, su ritmo es completamente diferente al nuestro. Diríamos que el lema es "vive y deja vivir", cada uno hace literalmente lo que quiere y puede, y al turista lo dejan tranquilo. Al final te acostumbras. (Que sí, no es broma)

Nos alojamos en el B and B "Il Mandorlo". Compartimos con su elocuente anfitrión impresiones (él en italiano, nosotros en español) sobre Camilleri y su personaje "Montalbano" (Camilleri es un escritor siciliano nacido cerca de Agrigento). Tiene un libro inmenso de Camilleri al lado del teléfono, y se siente orgulloso de su compatriota. El alojamiento está muy bien situado.

Caminamos hacia el centro histórico. Pintoresco y turístico. Agrigento es una ciudad que no llega a los 60.000 habitantes. Es fácil recorrerla. La calle principal de la ciudad es la vía Atenea, de allí en adelante basta curiosear un poco por las calles transversales para ir descubriéndolo todo.


Encontramos por las paredes hileras de esquelas y notas necrológicas que seguiremos viendo por toda la isla. Esto me llamó mucho la atención. La muerte tan presente ...Pero estamos subiendo y bajando por las calles de Agrigento, hasta llegar a la Catedral, por supuesto cerrada.


Hora de comer y de la siesta, como nos dice un lugareño. Nosotros seguimos arriba y abajo por las empinadas cuestas de esta ciudad de tonalidades amarillentas.




Después de esta gimnasia callejera, paramos a comer en un pequeño restaurante en el que degustamos el pez espada (típica comida en Sicilia) acompañado de ensalada (nada de especial, la verdad.)

Por la tarde, la visita más importante. Nos acercamos al Valle de los Templos, Agrigento posee el conjunto de templos griegos mejor conservado del mundo. La antigua Akragas, patrimonio de la humanidad, fue descrita por Píndaro como "la más hermosa de las ciudades mortales" .

Para llegar hasta allí, hay autobuses urbanos que salen desde la piazza Marconi, o si se va en coche, como en nuestro caso, basta desplazarse a escasos kilómetros de Agrigento. Una vez allí descubrimos que si hasta ahora no nos habíamos encontrado a ningún turista (llegamos a la conclusión de que el mes de junio no era especialmente turístico), ahora están todos reunidos aquí. En todo caso nosotros a nuestro ritmo (más bien al de las niñas) vamos, poco a poco, recorriendo este hermoso valle.
El templo de Hera o de Juno Lacinia:



Este templo data del 450 A.C. y fue restaurado en época romana.



Tanto el templo de Hera como el de la Concordia están increiblemente bien conservados, ambos de estilo dórico. Este último, el templo de la Concordia fue levantado entre el 450 y el 400 A.C. Posiblemente dedicado a Castor y Pólux. Curiosamente desde el siglo VI fue empleado como basílica cristiana y en 1748 fue restaurado. Es increíble. Las fotografías se multiplican.




Este templo, debe su nombre, el de la Concordia, al hallazgo posterior de una inscripción latina en las inmediaciones del templo. Se desconoce a qué divinidad estaba dedicado.



Apabulla ver tal cantidad de templos en tan poco espacio y saber que han llegado en mejor estado que los de Grecia. 
Afortunadamente no hace mucho calor y disfrutamos del paseo, demorándonos en la visita. Podíamos imaginar cómo era la vieja ciudad y ser capaces de ver entre las ruinas alguno de sus antiguos moradores. 

Hacia el final del valle, el templo de Hércules, el más antiguo, fechado en el 510 A.C.


 Resulta difícil ya identificar los otros templos, como el de Castor y Pólux o del de Júpiter Olímpico que, al parecer poseía columnas de 17 metros de altura y cuyas dimensiones sólo eran superadas por el de Artemisa de Efeso. Estaba adornado con 38 estatuas de atlantes de casi 8 metros de altura y, junto a los restos del templo puede observarse una reproducción de uno de ellos, cuyo original se encuentra en el museo arqueológico.


Es al final de la tarde, casi a la hora de cerrar, con poca gente ya, cuando la luz del atardecer, hace de las suyas, con su juego de claroscuros, iluminando las columnas, tan evocadoras. Allí quedan, callados, inmensos y sobrecogedores, los templos. 

Y, caminando ya hacia la salida, surge el momento mágico del día con las últimas imágenes, las que permanecerán en mi memoria cuando recuerde la ciudad de Agrigento.





Nuestro viaje continúa...

http://elyellaviajeros.blogspot.com.es/2010/08/viaje-sicilia-siracusa-ortigia.html

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