Viaje a Sicilia - Palermo

VIAJE A SICILIA. VERANO DEL 2009

Partimos desde Zaragoza hasta Bérgamo en avión de Ryanair. Desde allí, al día siguiente, tomamos un nuevo avión hasta Palermo. La vuelta la hicimos igual. Contamos con dos mañanas para visitar Bérgamo, lo que completó nuestro viaje. Nos alojamos en "Bed an Breakfast" (habitaciones cuádruples, una buena opción con niños) que contratamos vía internet con la red "venere". Muchas de las informaciones para hacer el viaje las tomamos de una página muy completa llamada "La Sicilia".
Igualmente vía internet contratamos alquiler de coche con Autoeuropa.it. Casi acabamos de llegar, ya que hemos estado la última semana de Junio. He pensado que sería buena idea compartir nuestra experiencia. Comienzan las etapas.

Primer día: Palermo.

Hay que decir que la primera impresión de Palermo no fue buena. Nos alojamos cerca de la estación. Calles oscuras y sinietras. El alojamiento en el B and B "Cámera", muy próximo al casco histórico. Un edificio viejo con ascensor de los de principios de siglo (pasado), que nos dejó alucinados. (¿Dónde nos hemos metido?) Menos mal que luego resultó ser un edificio rehabilitado, con altos techos que encantaron a nuestras hijas (de 9 y 6 años), así como los dos gatitos del propietario. Esta es la primera visión de la ciudad desde el balcón de nuestra habitación:

Todo el día en Palermo, aunque lluvioso, nos permitió visitar el centro histórico, caminando tranquilamente. A pesar de ser una ciudad con trazado irregular, hay dos calles que cruzan la ciudad: Vittorio Emanuele y Vía Maqueda, y te puedes orientar sin problema. Paseamos hacia Quatre Canti, que es precisamente dónde convergen estas dos calles principales.
Quatre Canti o Plaza Vigliena, es el centro del Palermo histórico, allí encontramos cuatro fachadas cóncavas de los palacios que dan a la plaza, con tres órdenes de estilo dórico, jónico y corintio y tres plantas. En total cuatro fuentes, cuatro reyes españoles (Carlos V, Felipe II, Felipe III y Felipe IV) y las cuatro santas de Palermo, a saber: Oliva, Ágata, Ninfa y Cristina.


Seguimos caminando por esta ciudad repleta de piedras con historia, deteniéndonos en la exuberante plaza Pretoria dónde se encuentra el Ayuntamiento (Palacio Senatorio) y la iglesia de Santa Catarina.

 Al llegar la noche, los jóvenes se reúnen en esta plaza y por el día los turistas la fotografían sin parar.




No es de extrañar que sea uno de los lugares más fotografiados de Palermo, lo merece.
 
Muchos fueron los conquistadores que pasaron por Palermo, esto nos da estampas curiosas y bellas como la de las rojas cúpulas de la mezquita arabo-normanda de San Giovanni degli Eremiti, junto a otra iglesia igualmente normanda: la Martorana, actualmente centro del culto ortodoxo griego, en Plaza Bellini, frente a la iglesia de San Cataldo.

Pero con las niñas, nos pareció más divertido, en lugar de entrar de iglesia en iglesia, callejear por los mercados. Aunque seguiamos teniendo de compañera a la lluvia, rato si, rato no, nos perdimos por el de la Vucchiria, con sus puestos callejeros de frutas, carnes, especias...
 

y por un Barrio, el de Ballarò, más pintoresco y multicultural, poco transitado por el turismo.



Nos perdemos por el Palermo más auténtico, el que no sale en las fotos ... o sale menos, y aquí es dónde tal vez empezamos a percibir el tipo de ciudad en la que estamos ... llena de contrastes, decadente algunas veces, sorprendentemente viva otras, con miles de rincones a descubrir.


Comimos por allí, en un lugar dónde nos sirvieron comida siciliana mediterranea, con su aceite de oliva y sus mezclas con berenjenas, setas y vinagre de módena), un acierto, creo que fue la mejor comida del viaje. Era un bar muy normal, como tantos otros, no podría recordar el nombre. Supongo que por la zona hay muchos parecidos.

 Ya por la tarde fuimos al Palacio de los Normandos, actual sede de la Asamblea Regional Siciliana





Hicimos la visita guiada, en italiano, aunque tal vez hubiera bastado con la visita a la Capilla Palatina, el gótico normando en todo su esplendor, con su impresionante Pantocrator.



Nos acercamos después (ya brilla el sol) a la zona de la catedral, que fue basílica paleocristiana, mezquita árabe y templo cristiano para los normandos. Ofrece una bella vista panorámica.



También visitamos su interior:


y tras degustar nuestro primer helado siciliano, seguimos la visita a Palermo.

Sobre todo nos dedicamos, incansablemente, a callejear, a perdernos por esta ciudad que, en un principio, me causó un cierto rechazo (veníamos de la elegante y refinada Bérgamo) pero a la que finalmente descubro una belleza cercana y fresca que entra por los sentidos y te invita a conocer cada uno de sus sorprendentes rincones.




En nuestro paseo nos encontramos con un taller de pupis (las marionetas sicilianas) y de carros pintados de colores. Estos son un símbolo de Sicilia y abundan, a pequeña escala, en las tiendas de recuerdos.



Se acaba el día, ya sólo nos queda acercarnos hasta el Teatro Massimo con su impresionante escalinata dónde se rodó el final de la tercera parte del Padrino ...

..y volver a "casa" caminando por las calles cercanas al puerto.

Ha sido nuestro primer día completo en Sicilia, en Palermo y ahora, mientras escribo este diario, con la distancia, descubro que me gustó más de lo que en un principio me parecía. Lástima el escaso tiempo que se tiene cuando haces el viaje. Escribir sobre lo que se ha visto, te ayuda a profundizar y encontrar nuevos matices que, en realidad, siempre habían estado ahi.

Nuestro viaje continúa...

http://elyellaviajeros.blogspot.com.es/2010/08/viaje-sicilia-agrigento.html