YALISSOS/FILERIMO - EL VALLE DE LAS MARIPOSAS
26 de JUNIO.
Salimos por la mañana no demasiado temprano (ejem), dirección Trianda, (al oeste de la isla) población desde la que iniciaremos nuestra ruta de hoy.
Desde Trianda el objetivo es acercarnos por el oeste de la isla hacia Ialyssos, donde se encuentra el asentamiento más antiguo de Rodas, aunque sabemos que quedan muy pocos restos, y el monasterio de Filerimos, lugar de veneración a la Virgen Sta. María de Filerimos.
Nos liamos un poco en el camino, qué raro, pero va a resultar una suerte el que de momento aparezcamos en la población de Trianda. Como hoy es domingo, en este pequeño pueblo están celebrando misa en la iglesia, lo que dedujimos al oír un cántico surgir por unos altavoces situados al exterior.
Pues nada, paramos aquí y derechos a la iglesia, que para estas cosas, nos puede la curiosidad.
Muy discretamente entramos por una puerta trasera y nos unimos a la gente, para observar una celebración ortodoxa.
Cuando la misa finaliza, vemos a los fieles coger trozos de pan muy grandes y acercarse al sacerdote/pope, con mucha devoción a que lo bendiga.
Después, lo típico de la mañana de domingo, la gente que aprovecha para saludarse a la salida de la iglesia y nosotros a la caza de alguna fotografía del pope que, tras saludar a sus fieles abandona el templo con gran dignidad.
Ahora sí, vamos hacia nuestro destino.
Son dos destinos en una misma ubicación ya que la ciudad dórica de Yalissos está construida en la colina de Filerimos (o Filerimo).
Lo primero que encontramos al llegar, son muchos pavos sueltos por los alrededores. La pequeña, gran amante de los animales, (vivos o de peluche) prácticamente no hace otra cosa que sacar fotografías a todos los que encuentra. La dejamos que disfrute, aunque empiezo a preocuparme un poco cuando le oigo decir a un pavo algo así como “Por favor, ¿podrías colocarte un poco más arriba para salir mejor?”
Subiendo una escalera te encuentras las ruinas de un templo del siglo III a C., la capilla de Agios Georgios del s. XIV y el Monasterio de Nuestra Señora de Filerimo. Del templo sólo quedan los cimientos.
Veamos más de cerca las ruinas del templo dórico que quedan justo a la entrada de la capilla.
En realidad primero hubo aquí una ermita, más tarde basílica y, por último fueron los caballeros de San Juan quienes construyeron el monasterio en el siglo XIV. Más tarde los turcos lo destruyeron y los italianos lo restauraron.
Puede recorrerse el monasterio, así como lo que eran las celdas de los monjes.
Filerimo también era el nombre de un monje que vino de Jerusalén en el siglo XIII con una imagen de la virgen pintada por el apóstol Lucas. La tal imagen está en San Petersburgo y hoy hay una copia en el interior de la pequeña capilla.
El conjunto es por sí mismo digno de visita. Hay senderos que nos conducen a restos de otras épocas. Incluso hay una fortaleza medio en ruinas, que utilizó Solimán el Magnífico durante su asedio a la ciudad de Rodas en la que lo realmente impresionante son las vistas.
Por cierto, ese barco y ese avión parecen ir a colisionar, con Turquía al fondo. Tengan cuidado.
Nos demoramos aquí más tiempo del que hubiéramos debido, pero da igual, se está muy bien. Estamos de vacaciones.
Hoy visitaremos también el Valle de las Mariposas o Petaloudes.
Bien, pues parece ser que un entomólogo alemán hizo un estudio de las mariposas que aparecen en la isla de junio a septiembre. Son de una especie determinada y llegan a la isla, a este paraje en concreto, de los meses de Junio a Septiembre atraídas por el olor de la resina.
Está concebido como un paseo, por el que vas pasando al lado de un riachuelo, en un constante ascenso. Hay unas pasarelas con algún desvío a derecha y a izquierda, en los que puedes detenerte para hacer alguna fotografía o descansar.
Quizás esperábamos algo más espectacular. Las mariposas sí han llegado, pero están, en su mayoría, posadas sobre los troncos de los árboles o en sus ramas. De vez en cuando alguna revolotea, dejando una estela de color naranja. Todas son de la misma especie e incluso del mismo tamaño. Así agrupadas en los árboles, el cuadro que ofrecen es este:
Se recomienda no hacer ruido, ya que la contaminación acústica está poniendo en peligro la afluencia de las mariposas al valle.
Cuando llegas arriba te encuentras también con un pequeño monasterio, el de Kalapetras.
Pues ya tenemos otra visita cumplida. Como es mediodía nos acercamos al pueblo más cercano que resulta ser Theologos, si bien no llegamos a entrar. Nos quedamos a comer en un garito cercano a la playa e ir luego a bañarnos.
La comida bien, pero lo de la playa será otra cosa, porque al dirigirnos hacia ella nos encontramos con una estupenda bandera roja y un oleaje pronunciado. Una playa muy bonita para las fotos y para practicar deportes acuáticos, pero no apta para el baño.
Así es que para no decepcionar a nuestras hijas, las llevamos a un lugar que nos hemos encontrado por el camino: una especie de granja de avestruces y otras especies que seguro que les va a gustar.
Hay muchísimas avestruces que se acercan a nosotros, cuando nos ven aparecer. Resultan graciosas aunque tampoco nos atrevemos a muchas familiaridades.
El lugar no es muy grande y se visita con facilidad. Hay también llamas, burros, cabras y ovejas, camellos, algún canguro, jabalíes…
No sé si me dejo a alguno, pero saludamos a todos, antes de marcharnos dirección Rodas.
Todavía hacemos algún intento de buscar alguna playa para bañarnos, pero la costa oeste no es tan tranquila como la del este y hoy el mar se encuentra muy agitado, así es que descartamos también la playa de Ixia, ya muy al norte y al llegar a Rodas como última opción, tampoco el mar aquí está precisamente dormido.
El panorama con el que nos encontramos es parecido a este.
Pues resulta divertido. Situados en un punto estratégico, dejamos que las olas hagan de las suyas. Al final nuestras hijas no resisten la tentación de bajar a la playa y jugar con ellas. Terminan empapadas, pero contentas.
Y, al fin y al cabo de eso es de lo que se trata.
Termina nuestro día en el casco medieval. Hoy hay menos turismo. Estamos llegando a la mitad de nuestro viaje y en las conversaciones ya comenzamos a anticipar el regreso. Pero nos faltan tres días completos en esta isla, con la que comenzamos a familiarizarnos. Ya nos sabemos los caminos, las tiendas que encontramos a nuestro paso. Ya somos capaces de leer un poco el griego (recordando el alfabeto que aprendimos en nuestra época de estudiantes).
Es lo que pasa. El primer día llegas confuso y un poco a la defensiva. Cuando todo se suaviza y haces tuyos los espacios, te tienes que ir.
Nos va a dar pena irnos de aquí, ya lo veo.
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