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Después de un largo camino, siempre es agradable conversar... aunque hay veces que el silencio es más sugerente.

domingo, 8 de junio de 2014

El Valle de Baztán - Cuevas de Urdax - Zugarramurdi- Ainhoa- Sara

14 de abril de 2014


Hoy vamos a dirigirnos hacia la zona norte del Valle. En el camino que nos lleva hacia la frontera con Francia, un desvío hacia las primeras rampas del puerto de Otsondo nos conduce hasta Urdazubi-Urdax donde teníamos pensado hacer nuestra primera visita a las cuevas de Ikaburu, pero va a resultar que llegamos tarde para incorporarnos a la primera visita guiada y no es posible la entrada por libre a estas cuevas, así es que decidimos dejarlas para el final y seguir hasta nuestro siguiente destino, que serán las populares cuevas de Zugarramurdi.

Una senda señalizada une las cuevas de Urdax y Zugarramurdi, tan ligadas históricamente al mundo de la brujería, pero nosotros nos adentramos en vehículo por el hermoso valle, recorrido igualmente por los peregrinos, verde, tranquilo, natural y sosegado; con sus suaves colinas, y sus ovejas lanudas que constantemente observamos al pasar. No dejamos de decirnos que estamos muy contentos con nuestra elección.


Zugarramurdi está vinculada al mundo de las brujas, y habrá que situarse en los albores del siglo XVII para tratar de comprender una sociedad rural que a veces se situaba al margen del dogma católico. Conjuros, prácticas adivinatorias, comportamientos supersticiosos, formaban parte de la peculiar cosmovisión de los campesinos.
Así las cosas, sucedieron algunos hechos misteriosos en Zugarramurdi (desaparición de animales, al parecer) y los monjes de San Salvador de Urdax, promovieron causa inquisitorial que implicó a 300 vecinos de Zugarramurdi.  Así tuvo lugar el llamado "Proceso de Logroño" en cuyas actas encontramos acusaciones contra aquellas mujeres tachadas de brujas. La causa concluiría con la ejecución en la hoguera de seis mujeres. Otras perecieron torturadas durante la prolongada instrucción del proceso.


Hoy, en nuestra visita a las cuevas no hallamos nada que nos recuerde su pasado, aunque nos empeñamos en decir que "algo flota en el ambiente", pura sugestión.

Al igual que las de Urdax, las cuevas están causadas por la erosión fluvial, junto a un hermoso prado y a unos 500 metros del pueblo de Zugarramurdi. De hecho, la palabra aquelarre, significa en vasco, el prado del macho cabrío.

La gruta en sí, es una cueva de grandes dimensiones. La galería principal alcanza 120 metros de anchura. Presenta dos cavidades que veremos, la cueva del aquelarre y la cueva de las brujas. La altura del conjunto ronda los 12 metros.



La visita la comenzamos por los prados y galerías, de muy fácil acceso. Hay algún grupo escolar a los que nos vamos encontrando, y alguna familia o grupo suelto, como nosotros. Suponemos que, a partir de mañana, habrá más turismo por aquí, pues oficialmente comienza la Semana Santa.

Nosotros nos vamos recreando en las diferentes zonas y espacios, recordando la anterior vez en la que estuvimos con nuestras hijas, haciendo la visita en solitario, aunque ellas eran demasiado pequeñas y no recuerdan nada. 



Ahora es otra cosa y además les suena la película de "Las brujas de Zugarramurdi" que pudimos ver recientemente y en la que Alex de la Iglesia utiliza los parajes interiores de las cuevas, para montar su peculiar fiesta.



La verdad es que la gruta central sí que resulta un tanto sobrecogedora, la erosión de las paredes a lo largo de los siglos ha dejado una huella que impresiona y no es difícil imaginarse aquí la celebración de esos míticos aquelarres y echarle imaginación al paisaje que nos rodea.



Estamos un buen rato por estos parajes y casi nos vamos a la hora de comer cuando salimos.

Decidimos acercarnos hasta la frontera, concretamente a Dantxorinea, simplemente por curiosear en las zonas comerciales, que nuestros vecinos visitan frecuentemente para comprar barato en España.

Efectivamente hay unas amplias zonas comerciales, tipo Outlets, que son ventajosas para los franceses y para nosotros, por lo que vemos, no tanto, pero no obstante entramos a comprar algunas cosas que necesitamos.

Hay un pequeño puesto de aduanas en el que hay que girar para tomar el camino de vuelta, por el que al pasar, pisamos sucesivamente suelo español y francés y un control de policía que, como veremos, casi terminarán por conocernos y es que nuestra tarde va a transcurrir entre España y Francia.

De momento nos vamos hacia Urdax para comer. 


Se nota que la zona es más turística, ya que no encontramos menús tan ventajosos como en días anteriores. Lo más barato serán quince euros o si no, a la carta. Optamos por el menú y aunque no estuvo mal, mejores opciones hay por el interior del valle, sin dudarlo.

En Urdax pueblo, estamos al lado del Monasterio así como de un pequeño lago con barquitas, en el que hacemos una pausa relajada después de comer. 



El Monasterio de San Salvador, a cuya sombra nació la población de Urdax, fue fundado durante la Edad Media, para dar cobijo y atención espiritual a los peregrinos jacobeos, que penetraban en la Península a través del paso de Dantxarinea y lo atendían canónigos regulares de la orden de San Agustín. El actual edificio monacal es del siglo XVII y está cerrado, por lo que no tendremos ocasión de visitarlo.

Para pasar la tarde decidimos pasar a uno de los bonitos pueblos del país vasco-francés, justo al pasar la frontera: Ainhoa. Una vez allí encontramos una villa de encantadoras casitas, tan típicas y coloridas. 



Nos hace gracia ver que nuestros vecinos siempre o casi siempre dicen de sus pueblos que son "uno de los más bellos pueblos de Francia", en este caso es muy pintoresco, ciertamente y, además, el entorno le acompaña. 

Este lugar de Ainhoa, como suele ser habitual en cada uno de los pueblos franceses que hemos visitado, está preparado para el turismo, con sus habituales tiendas de recuerdos, en este caso de carácter teñidamente vasco. Algunos de esos recuerdos tienen un oscuro humor ("Le pays basque, c'est la bombe") que no alcanzamos a comprender.



Nos acercamos hasta la iglesia, rodeada de un pequeño cementerio, en el que vamos a tener, por fin (llevo buscándolas todo el viaje) las llamadas estelas discoideas, característicos símbolos precristianos, que recuerdan a los discos celtas, con los que pueden tener relación, consistentes en un círculo, con elementos ligados a la Tierra, al Sol, etc. Estos discos o estelas, fueron sustituidos por la cruz cristiana, pero todavía se conservan por esta zona, como podemos comprobar.



Tras un paseito breve por Ainhoa, cruzamos frontera para dirigirnos a nuestra cita con las cuevas de Urdax.

Urdazubi-Urdax es un pueblo de 460 habitantes con un impresionante entorno de bosques frondosos y colinas. Hemos estado comiendo aquí, así es que nos vamos directamente hacia la zona de las cuevas porque además hay que llegar a la hora, pues la visita es en grupo.

La naturaleza ha sido la encargada de tallar, durante siglos, con el buril de agua del rio Urtxuma, las bellas paredes de esta gruta de estalactitas y estalagmitas. 



Habitadas también por prehistóricos, por algunos extraños animales adaptados a ella y, sobre todo por las lamias, o espíritus del río. Duendes traviesos que toman la forma de bellas mujeres con pies de pato a las que, con un poco de suerte, tal vez podamos escuchar en nuestro recorrido por el interior de las cuevas.



En la visita, contemplaremos la llamada "Sala de recepciones" donde se reunían  las lamias, de roca grisácea, con vetas de distintas tonalidades que obedecen a la presencia de magnesio y areniscas. 



Atravesaremos corredores, paralelos al curso del río. Podremos contemplar incluso algunas raíces de los árboles de la superficie. También veremos "cortinas", "medusas", "orejas de elefante", una sala llamada de "los Tres Reyes" que debe su nombre a las estalactitas del fondo, que evocan las figuras de los Reyes Magos y muchas otras cosas que el guía nos va explicando y que, como siempre que visitamos cuevas de estas características, nos dejan maravillados de lo que puede hacer la conjunción agua y piedra, a lo largo del tiempo. Espectacular.



Para finalizar el día de hoy, decidimos pasar la frontera nuevamente y llegar hasta la última población que nos queda de la zona, Sara o Sare en francés, del que dicen que es "uno de los más bellos pueblos de Francia", nos da la risa con esto, que es que lo dicen de todos los pueblos, en serio. En el caso de Ainhoa, vale, pero Sare nos decepciona o al menos no le vemos nada digno de encomio, por no decir que no le vimos nada de particular. 

Así es que lo paseamos un poquito y nos vamos de vuelta a España, que la última consumición del día, la haremos en Elizondo, antes de volver a nuestro acogedor apartamento en Fuente hermosa  y casi, casi despedirnos de nuestro viaje por el Valle de Baztán, aunque algo aprovecharemos mañana.


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